"Less is more"

"LESS IS MORE". Mies van der Rohe

domingo, 17 de octubre de 2010

"MUJER JOVEN, VIRGEN"

El PARTENÓN (de παρθένος, nombre femenino, «mujer joven, virgen»; es decir, aquí «la residencia de Atenea Partenos»), joya de Atenas, de Grecia; joya de la arquitectura, del arte con mayúsculas, de la humanidad y, cómo no, joya de la belleza. Y, sin embargo, posiblemente sea el templo menos griego y menos clásico de todos los templos griegos.

Si algo sabía cuando decidí comenzar este periplo por el mundo del arte era que este día llegaría tarde o temprano, pero qué decir a parte de sus características técnicas tan definidas, claras y obvias.
Está claro que es un templo de planta rectangular, anfipróstilo (tiene dos pórticos), octástilo (ocho columnas), períptero (al estar rodeado por columnas en todo su perímetro) y de estilo  dórico.
También sabemos que fue construido entre el 447 y el 432 a.Xto., impulsado por Pericles tras la destrucción del templo anterior conocido como el Pre-Partenón o Hecatompedón, construido antes de las Guerras Médicas, y destruido por los persas. Aunque es posible que nos sorprenda más saber que durante la Edad Media fue convertido en Iglesia cristiana, para convertirse en mezquita con la llegada de los turcos a Atenas y en polvorín hacia el año 1.650. Polvorín maldito que en 1.687 explota y destruye la parte central o cella.
Para terminar con los datos técnicos y empezar a escribir lo que realmente me interesa hoy, tengo que decir que fue construido por mis compañeros Ictino y Calícrates, bajo la supervisión Fidias. Y este dato aunque insignificante puede que aclare bastante la concepción de la arquitectura griega, o no es extraño que un escultor, Fidias, supervise el trabajo de los dos arquitectos?.
Si algo caracteriza la arquitectura griega es la ausencia de espacio. El interior de los templos consistía en una sala rectangular, considerando éste como un receptáculo de la representación divina. Todos los cultos se celebran en el exterior y es ahí, por lo tanto, donde los arquitectos se centran.

Por eso, Zevi dice:  "El Partenón es una obra no arquitectónica, pero no por eso deja de ser una obra maestra del arte, y tratándose de la historia de la escultura, podemos afirmar que a quien no le gusta el Partenón, no tiene sensibilidad estética. Si, al pasar a la arquitectura romana, observamos muchas reconstrucciones de monumentos del Imperio e imaginamos el espacio y el gusto de los Foros en su estado primitivo, podemos llegar a la conclusión de que muchos edificios romanos no eran obras de arte, pero nunca podremos afirmar que no eran arquitectura. El espacio interno está presente en manera grandiosa, y si bien los romanos no tenían el refinamiento sensible de los escultores‑arquitectos griegos, poseían, por el contrario, el genio de los constructores‑arquitectos, que en el fondo es el genio de la arquitectura. Aun cuando no sabían prolongar en la plástica los temas espaciales y volumétricos, tenían, sin embargo, la inspiración alta y valiente para estos temas, que en el fondo es la inspiración de la arquitectura. (...)".

Pero quiero volver a esa afirmación del principio que tanto me hace pensar. Por qué se dice que es el menos griego de todos los templos. Los arquitectos consiguieron que el efecto visual que mostrara el Partenón no permitiera apreciar la antiestética deformación que se percibe al situarse en las proximidades de los grandes monumentos. Lograron obtener el efecto visual más estético con precisas alteraciones en su construcción.
El estilobato o basamento del edificio presenta una curvatura y está 11 cm. más alto en el centro que en las esquinas al darse cuenta que una superficie amplia y perfectamente plana da la sensación de estar hundida en su parte central.
El intercolumnio o distancia entre columnas es desigual para conseguir que el ojo humano lo vea igual.
Columnas con éntasis o con más anchura hacia el centro de su fuste y más estrechas en los extremos. Las columnas de los extremos son de mayor anchura que el resto.
Y sin marcar en ningún momento una línea recta, el ojo humano percibe rectas más perfectas que en cualquier otra arquitectura.
La belleza buscada por los griegos es aquí conseguida con armonía, proporción y "refinamientos" o efectos ópticos impensables en cualquier otra arquitectura.


“¿Qué es lo que te impresiona cuando al mirar una cosa sientes interés, atracción, desbordante placer ? La opinión general, atreveríame a decir, es que la relación de las partes entre sí y de aquéllas con el conjunto constituye la belleza sensible ; es decir, que la belleza de las cosas que vemos, como la belleza de todo lo demás, se compone de simetría y proporción. Según este criterio, nada simple y desprovisto de partes puede ser bello, sólo un compuesto." Plotino.